Coca Perú

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En 2004, la Comisión Especial Multisectorial encargada de evaluar la situación de las cuencas cocaleras peruanas 23 , concluyó que, ‘las instituciones nacionales directamente vinculadas al problema cocalero, entre ellas DEVIDA, ENACO y el Ministerio del Interior (a través de la Programa Especial CORAH) no cuentan con una metodología propia para la medición de las áreas sembradas de coca, ni cuentan con datos estadísticos propios homogéneos sobre el total de hectáreas sembradas con coca. Se basan en información de organizaciones internacionales como la Oficina Internacional de Asistencia para el Cumplimiento de la Ley y los Narcóticos y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, que utilizan tecnología moderna y métodos científicos para proporcionar datos de referencia sobre las áreas de cultivo de coca a partir de 2003.24

Este mismo informe de 2004 refleja que ‘…la falta de metodologías propias del país para evaluar las superficies sembradas con coca es un vacío técnico. Se debe alentar a las instituciones estatales pertinentes a desarrollar una metodología cuyos datos sirvan como base para el diseño de planes y programas, así como de la estrategia nacional antidrogas. Hasta que esto esté en su lugar, se debe utilizar la metodología de la ONU, ya que es la más adecuada y se menciona en un acuerdo bilateral. Por lo tanto, hasta que se desarrolle la metodología propia del país, los resultados proporcionados por la ONU deben considerarse oficiales.’ 25

Por lo tanto, las instituciones peruanas y el gobierno peruano han realizado un seguimiento de las áreas con cultivos de coca utilizando el sistema de monitoreo de la ONU. Según el exdirector ejecutivo de DEVIDA, Fidel Pintado, los informes ‘analizan e interpretan todas las zonas cocaleras del país (14 zonas cocaleras) e identifican los cultivos en producción (10 a 12 meses después de su siembra). Los cultivos identificados son revisados, verificados y ajustados en base a la información recopilada en campo y/o con imágenes de mayor resolución, como PERUSAT, PLEIADES, KOMPSAT y superposiciones de otras fuentes cartográficas.’ 26

Además, añade Pintado, la verificación se realiza en la tercera etapa de la metodología del informe de dos formas: el cruce de expertos y el cruce con herramientas complementarias. El primero se refiere a la verificación complementaria por otro especialista, mientras que el segundo se realiza mediante observación de campo, cruce con imágenes satelitales de mayor resolución o cruce con imágenes fotográficas aéreas.

Si bien la mayoría de los informes de monitoreo generalmente describen las áreas donde se cultiva coca, documentos recientes han agregado otras variables, como la demanda de hoja de coca para fines tradicionales e industriales, y han incluido detalles sobre la metodología utilizada. Esta nueva metodología -implementada para el monitoreo de cultivos 2018 y 2019- se llevó a cabo en 14 zonas o cuencas cocaleras y 13 departamentos o regiones del país. Se apoyó en los conocimientos y experiencias desarrollados por UNODC y otras ocho instituciones públicas que forman parte del Grupo de Trabajo Multiactor (GTM) liderado por DEVIDA.

Las instituciones públicas que participan en el grupo de trabajo son: Dirección de Asuntos Técnicos de DEVIDA (DAT); la Dirección General Contra el Crimen Organizado del Ministerio del Interior; la Dirección para el Control y Reducción del Cultivo de Coca en el Alto Huallaga (CORAH) del Ministerio del Interior; la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional del Perú; la Dirección de Criminalística de la Policía Nacional del Perú; el Comando de Control Aeroespacial de la Fuerza Aérea del Perú (COMCA/FAP); la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (CONIDA) del Ministerio de Defensa; y la Empresa Nacional de la Coca (ENACO).

Vale la pena señalar que este grupo también incluye instituciones del sector privado como empresas, organizaciones de productores, organizaciones de base, centros académicos y organizaciones no gubernamentales.

De acuerdo con DEVIDA, la metodología de estimación de cosechas utilizada para 2018 y 2019 es ‘la primera en su tipo a nivel nacional’ y cuenta con el aval de UNODC, que ‘con base en su experiencia, garantiza el cumplimiento de los estándares metodológicos internacionales y los requisitos de las normas internacionales comunitaria’ respecto al monitoreo de cultivos de coca en producción, ‘ oficializando así los resultados del monitoreo’. La metodología consta de seis pasos principales: 1) adquisición de imágenes satelitales digitales; 2) procesamiento de imágenes; 3) interpretación visual de las imágenes; 4) sistematización y análisis de los resultados; 5) aprobar el análisis del área de cultivo de hoja de coca; y 6) difundir los resultados. DEVIDA afirma que ‘la implementación práctica de esta metodología permitirá reconocer oficialmente los resultados obtenidos durante el seguimiento’. Agrega que se trata de una ‘ metodología nacional pionera… que garantiza rigor en la producción de información, sistematización, análisis, presentación y reconocimiento oficial de los resultados del monitoreo de la producción de hoja de coca’.

2.1.1 Devida y UNODC

DEVIDA y UNODC han trabajado en estrecha colaboración desde el inicio del programa de monitoreo en Perú. Gracias al apoyo internacional de UNODC, DEVIDA recibe fondos para su funcionamiento. Cada año, las agencias obtienen fondos de sus gobiernos demostrando ‘logros’ en la reducción de cultivos o ‘número de productores que se benefician’ de los programas de ‘desarrollo alternativo’ que promueven. Desde el ingreso de Rómulo Pizarro como Director de DEVIDA en 2002, la agencia recibió un mayor compromiso de financiamiento público para la lucha contra el tráfico ilícito de drogas, situación que generó diversas discusiones y conflictos interinstitucionales.

Han surgido tensiones especialmente en relación con los programas de Desarrollo Alternativo, debido a la competencia con USAID, cuya idea es ‘erradicar primero, luego desarrollar’, pero también con los programas de ayuda alemanes, canadienses y de la UE que promueven ‘primero el desarrollo, luego la reducción concertada de cultivos’. ‘.

En cuanto a la estimación de cultivos de coca, tanto el Estado peruano (a través de DEVIDA) como las diferentes agencias de ayuda internacional se han visto obligadas a demostrar ‘logros’ en la reducción de cultivos ilícitos, vistos como la ‘bala de plata’ del buen comportamiento. Para ello, se han utilizado las estimaciones anuales proporcionadas por los altamente técnicos y sofisticados informes DEVIDA-UNODC sobre la presencia del cultivo para justificar nuevos financiamientos.

2.1.2 Conclusiones de casi 20 años de seguimiento

En las últimas dos décadas, la estimación ha permitido diseñar o corregir políticas públicas dirigidas a reducir la oferta, así como confirmar los compromisos del Perú con los convenios internacionales. Sin embargo, los esfuerzos de erradicación de cultivos no han resultado en una reducción general de las áreas cultivadas. Por el contrario, durante este tiempo se pusieron de manifiesto una serie de fallas en el sistema, lo que llevó a las siguientes conclusiones:

  • La producción de hoja de coca ha aumentado o se ha mantenido estable.
  • Algunas áreas de siembra se han trasladado a otras cuencas fluviales (‘efecto globo’), dispersas en las mismas cuencas (‘efecto mercurio’) o trasladadas a las regiones fronterizas con Bolivia, Brasil, Colombia y Ecuador (‘efecto membrana’).
  • Ha habido crecientes vínculos y sinergias con otras actividades delictivas, como la tala ilegal, la minería informal-ilegal, la trata de personas, el contrabando, el tráfico de tierras, el comercio ilegal de animales y plantas, el sicariato y el lavado de dinero y activos. Las campañas para reducir la oferta han tenido impactos significativos en la sociedad, los recursos naturales, la economía y la cultura de los pueblos indígenas y no indígenas en las áreas de producción.
  • Los llamados esfuerzos, políticas y estrategias de Desarrollo Alternativo han fracasado.
  • El enfoque coercitivo ha demostrado ser un gran obstáculo para promover el uso tradicional e industrial benéfico de la hoja de coca como un recurso natural, una práctica valiosa y un símbolo de identidad de los pueblos andino-amazónicos. La Empresa Nacional de la Coca (ENACO) también la necesita para funcionar adecuadamente como una entidad pública que recolecta y comercializa legalmente la coca y sus derivados legales.
  • Más recientemente, con la emergencia sanitaria del COVID-19, los cultivos de coca destinados al tráfico ilícito de drogas se han disparado, junto con los delitos asociados. Esto pone en evidencia los fracasos de una política basada en el abastecimiento, la seguridad nacional y la criminalización de su producción y uso.

Las reflexiones anteriores exigen una revisión de los resultados y un análisis de la metodología utilizada para la elaboración de los informes, no sólo en lo que se refiere a la erradicación de cultivos, sino también en relación al impacto de esta política en la criminalización de los cocaleros, la estigmatización de consumidores tradicionales de hoja de coca y su industrialización beneficiosa. También hay que evaluar los limitados resultados de los programas de Desarrollo Alternativo, que buscan sustituir cultivos por otras fuentes de ingresos.

Extracto de: https://longreads.tni.org/obsessed-with-numbers

Foto: Diario Oficial el Peruano.

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