Ética, ecología, pandemia y alternativas

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Para este artículo, entenderé la ética como un concepto que está ceñido a la mirada que tenemos sobre el mundo como humanidad, es una mirada sobre los límites que nosotros mismos nos imponemos para evitar o seguir algo que estimamos importante; también refiere el valor que le damos a las cosas y a quienes nos rodean.

Ahora, es difícil decidir, ser autónomos, ser ciudadanos y actuar con “ética” cuando estamos rodeados de información tendenciosa y más aún, cuando esta información siquiera circula fácilmente. El conocimiento es poder, y por eso, un espacio clave para el ciudadano es el periodismo y sobre todo las fuentes de información. Si se controla el poder de la información, y si a este poder se suma el poder del control de la educación y si, además, se controla el poder del arte y la cultura, los otros caen más fácilmente. ¿Quieres acabar con la democracia y dominar la economía? Pues, controla la educación, la información, el arte y la cultura.

Hoy por hoy lo que existe en la naturaleza es vista como un objeto, tiene una “vida inferior”, “sin conciencia de sí” y para muchos, es tan inferior como aquellos que no se encuentran dentro de un patrón establecido y reconocido socialmente como “superior”. El universo es en sí un patrón de equilibrios y desequilibrios en una constante, donde cada cambio encamina el devenir en una u otra dirección. El juego del poder es igual, si hay ciudadanos sin información, sin acceso de calidad a educación, que no crean su propio arte y cultura sino, que son solamente consumidores, la balanza del poder puede inclinarse a quien domina la “industria de la cultura, el arte y la información”

Es por esta razón que a los grandes conglomerados empresariales y a la banca internacional le interesa dominar los flujos de información. Mira cuáles son las 100 principales empresas en el mundo y cuenta cuántas están relacionadas con las comunicaciones.[1]  Por eso se invierte tanto en empresas masivas de información virtual. Los algoritmos virtuales pueden bien facilitarnos tanta información como los grandes encuestadores y en un tiempo real mucho más veloz.

Pero, ¿qué tiene que ver esto con la ecología?

Todas las crisis, son una buena ocasión para que se visibilicen las desigualdades. Las crisis ecológicas no son la excepción. Cuando acontece una pandemia como las que vivimos últimamente, podemos ver cómo se flexibilizan los controles sanitarios, colapsan los endebles sistemas de salud pública y privada, se precariza aún más la educación y se resaltan las diferencias de acceso a derechos básicos.

Una crisis ecológica nos ha llevado a una crisis sanitaria y esta, a una crisis económica. Los países que controlan los mayores capitales del mundo, se recuperan rápidamente comerciando con las vacunas y servicios afines, mientras, los otros países se endeudan y acrecientan la extracción de materias primas para mejorar su ingreso, cubrir sus déficits y pagar sus deudas. Y así, aumentamos aún más la crisis ecológica y volvemos a comenzar con más fuerza.

Las megaempresas y conglomerados empresariales tienen mucho más capital que muchos países juntos en todo el mundo. Los oligopolios transnacionales pueden mover democracias y movimientos políticos unos contra otros para generar sus propios “equilibrios”. Ahora, pueden generar tendencias, pero, no pueden controlarlo todo como muchas veces sueñan.

Por esto, la naturaleza se les puede escapar y generar una pandemia, pero, todo río revuelto es una buena oportunidad de negocios y siempre, los que no son parte de ellos, terminan pagando los platos rotos. Ahora, así como todo norte tiene un sur, en cada país, hay quienes enarbolan el mismo juego de poder y replican lo que sus pares internacionales. Tratan de jugar el mismo juego a un nivel más bajo. Sin embargo, a un nivel más reducido, se entrelazan más aspectos locales, sobre todo relacionados a lo “informal”, lo “no regulado” lo que escapa a todo criterio institucional y es parte de negocios fuera de lo legal, pero, que se disfrazan siempre de legalidad para seguir existiendo. Estos, sin embargo, no existen sin los otros, se necesitan, pero, al mismo tiempo se ponen trampas unos a otros pues, ambos quisieran un poder lo más absoluto posible.

En un mundo así, la ecología tiene las de perder, está en la última parte del eslabón de sobrevivencia en el que los que ostentan el poder quisiera que nos enfrasquemos. Pero, si por lo menos tenemos algo de autoestima, podemos dar pelea. ¿Cómo? En base a los estrechos, pero, existentes pactos sociales. Existen normas y canales alternativos, también derechos y funciones en los Estado y organismos internacionales, existen instituciones y aunque hay límites, entre más conozcamos la cancha de juego, podemos jugar mejores opciones.

La ciudadanía de hoy, está llamada a ser una ciudadanía más ecológica, pero, también una que busca mejor calidad de información, que crea medios alternativos y los aprovecha. También una ciudadanía que da mayor valor a la educación, una ciudadanía que fomenta el arte y la cultura como un bien irrenunciable. El ciudadano, como un ser aislado no es nadie si no es parte de grupos donde entrelazar intereses y propuestas. Agruparse por intereses y generar voces colectivas es fundamental.

El aislamiento en un universo virtualizado puede, sin embargo, ser un problema o una posibilidad. Depender de la tecnología como de cualquier otra cosa no es buena idea. Usarla sin endiosarla es clave. Igualmente, crear sistemas de vida alternativos, economías alternativas y propuestas de “desarrollo”, es un gran desafío para nuestra imaginación y nuestro diario avanzar a “otro mundo posible”. Compartir y colaborar en la generación de información, en el análisis de la misma, en generar propuestas de cambio, en difundir aquellas que van funcionando y apoyarlas, es en toda la historia de nuestra humanidad, un buen camino para escapar de las sombras de diversos fundamentalismos y oscurantismos que se recrean en la historia.

Una ética para nuestros días, pasa por esto, mirar el presente y el futuro con una visión diversa, una visión puesta en mejores opciones de vida para todos, incluida la propia naturaleza que tendemos a ver como decorativa, tanto como los pueblos que saben conservarla y aprovecharla sosteniblemente.

Autor: Jorge Arboccó.

Foto interna: PAWEL KUCZYNSKI.

[1] Aquí un dato: https://economipedia.com/ranking/empresas-mas-grandes-del-mundo-2021.html

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